Desmontamos el viejo pony de juguete. Desatornillamos la estructura de madera, lo vaciamos por dentro (y resulta que hay una estructura metálica dentro), descosemos todo...
Calcamos las piezas. Es importante recordar cómo iban. Si no es posible, creamos un registro.
Recortamos nuevas piezas. Yo lo he hecho con diferentes telas, espero que funcione el conjunto. Sino, ya no se puede hacer nada.
Montamos el pony reciclado. Lo cosemos todo otra vez (vaya rollo) y la crin, de paso, que no falte. Rellenamos, colocamos al pony en su balancín y ya está listo.
El vídeo final es solo una curiosidad. El pony vacío sobre la estructura parece mucho más vivo que cuando está regordito. ¡Pero es como una cabra loca!



